Mi cuerpo frente a la sexualidad
A lo largo del año vimos en el salón de clases uno de los temas que, a nuestra opinión, es uno de los más importantes a nuestra edad, a veces malamente considerado un tema taboo. Sin embargo, la verdad es que es un tema de suma importancia que nos invita a amar a nuestro propio cuerpo.
En clase de educación educativa vimos que nuestro cuerpo refleja cómo estamos en el interior, aún, aunque nosotros no nos demos cuenta, refleja las cosas que pensamos, cómo nos sentimos, etc. Además, si nosotros aprendemos a comunicarnos con nuestro cuerpo, en base a lo que refleja, podremos descubrir más sobre nuestro propio ser.
Pero la mayoría de las veces, no vemos las señales, ni sabemos interpretarlas, tal vez porque no hemos adquirido un buen sentido de autodescubrimiento en lo que nuestro cuerpo nos desea transmitir para que nos cuidemos y nos amemos más para en comunicación velar por nuestra propia salud, pues mi cuerpo habla de qué necesita o qué le pasa.
Es raro que uno sepa descubrir lo que su propio cuerpo le intenta comunicar con señales, para eso hay que acercarse a el, estar a gusto en ese cuerpo y aprender a descubrir lo que nos intenta comunicar, para así tener información valiosa de nuestra propia salud, para poder convivir en armonía con nosotros mismos y con los demás.
Por ejemplo, un ejercicio que vimos en clases, consistió en que lleváramos una foto de cuerpo completo de nosotros, donde teníamos que ubicar en qué parte de nuestro cuerpo se reflejaba lo que sentíamos, pues el objetivo era encontrar dónde se ubicaban nuestras emociones principales, MATEA (miedo, afecto, tristeza, enojo y alegría), reconociendo que éstas pueden variar de acuerdo a cada persona. Por ejemplo, una persona puede encontrar su enojo en el estómago, pues éste le duele cada vez que hay una molestia, pero otra persona puede sentir el afecto en el estómago cuando alguien le demuestra cariño.
Para finalizar este ejercicio la maestra nos hizo poner qué era lo que más o menos nos gustaba de nuestro cuerpo y cómo nos comprometeríamos a amar más a nuestro cuerpo e iniciar una mejor relación con este.
Concluyendo puedo resaltar los innumerables beneficios que se pueden tener al amar y convivir en armonía con nuestro cuerpo, principalmente se reflejaría en tu salud y bienestar, pues al amar a mi cuerpo me estoy aceptando y queriendo tal y como soy.
"ACEPTAR Y AMAR TU CUERPO ES LA MEJOR RECETA DELA BUENA SALUD"
