CONFRONTACIÓN
Autor: Daniela Ortíz
Confrontar significa comparar o ponerse frente al otro, viene de las palabras “con” que significa encuentro y frontis que significa cara, por lo tanto, es un encuentro cara a cara con otra persona a la que nos enfrentamos u oponemos.
La confrontación se relaciona con el enojo. ¿Qué es lo que comúnmente nos fastidia? Pueden ser expectativas rotas, no poder controlar lo que quisiéramos, que las personas no cumplan su palabra, que se quebranten nuestros límites, etc.
El enojo nos sirve para desahogarnos y poner límites, e ignorarlos o reprimirlos puede llevarnos a tener malas relaciones con los demás, ya que, si no expresáramos nuestro enojo hacia los demás, nunca sabrán lo que sentimos, por ejemplo, si nos molesta que se invada nuestro espacio personal y nunca lo decimos, entonces seguirán invadiéndolo y estas relaciones podrán degradarse poco a poco. Así que para expresar el enojo existen dos maneras: asertivamente o agresivamente. Y la confrontación será la manera en la que decimos libremente qué nos molesta.
Por lo tanto, todos hemos tenido experiencias de confrontación desde una edad temprana, ya que éstas forman parte de la vida del ser humano, y pueden ser desde cosas pequeñas como "no me gusta que me copien la tarea" hasta un "no me golpees", etc. La manera en la que tenemos estas experiencias es muy importante y siempre es más recomendable que elijas la asertiva, al poner límites y expresar tus emociones ya que al expresarnos se procura no ofender o herir al otro.
¿Cómo podemos hacerlo? si te molesta mucho algo y crees que no puedes controlarte, trata de relajarte y respira hondo y profundo. Está bien tomarse unos minutos para pensar las cosas alejado de los demás y ya una vez que te calmes vuelve para decir lo que te molestó o incomodó de forma asertiva. Ya que es recomendable haberlo hablado para que no se repita, no se rompan lazos y nos conozcamos mejor el uno y el otro.
Para lograr lo anterior, es necesario un buen diálogo para que estando en la conversación con la otra persona podamos conocer su punto de vista, pues no se sabe tal vez quién comenzó el problema y si fue así, poder dar una solución.
Por favor no huyas de esta forma de aclarar la situación, afronta, puede parecer incómodo al principio, principalmente si con quien dialogas es una autoridad, por ejemplo, un maestro o alguien muy cercano a ti, como un familiar o tu mejor amigo; entendemos que no quisieras que hubiera una molestia y que muchas veces podríamos temerle al conflicto y a las discusiones, pero podemos llegar a perder más por nuestro propio silencio. En cambio, si lo hacemos de la forma correcta, no debería crecer el problema en una buena confrontación ni haber disturbios, ya que lo que se conseguirá al final será una mejor relación y se habrán defendido nuestras ideas y sentimientos.